Su objetivo puede ser variable y
pueden ser tanto individuales como colectivos; aunque lo más habitual es que se
trate de juegos basados en la interacción entre dos o más jugadores, muy a
menudo reproduciendo roles con mayor o menor grado de fantasía. Generalmente
tienen reglas sencillas.
Las relaciones sociales establecidas por los
niños en los juegos, especialmente cuando se realizan en la calle y sin control
directo de los adultos (juegos de calle), reproducen una verdadera cultura
propia que se denomina cultura infantil callejera.
Los juegos que implican actividad
física casi siempre son ejecutados al aire libre, implican alguna forma de
expresión corporal y tienden a servirse de habilidades motrices básicas como
saltar, correr o caminar, entre otros.
Por su relación con la denominada fase de la
expresividad motriz de la psicomotricidad son también llamados juegos motrices.
